Año de publicación: 1991.
Editorial: Punto de lectura.
Traducción: Basilio Losada.
"...se vuelve entre la gente, en la dirección indicada. Allí está ella, alegre, pequeña, desafiante, ella que no tiene más amo que el que quiere, ella que te desafía y ríe. Y te las va a pagar, bailando un agarrado, la polka, a saltitos leves y graciosos con Abelardo, ancho, torpe, borracho de alegría y risotadas de aliento cabruno. Parece estar a punto de tirarse encima de ella en cualquier momento. Y ella se deja. Con Abelardo. Abelardo de Patiño, de la cuadrilla de Lueiro, fascistas de mierda. Buena paliza le arrearon a Sixto. Pobre Sixto. Abelardo, que anduvo siempre loco por ella y ahora la baila entre la gente, dando saltos, su corpachón y a veces, la cabecita morena de ella. Una vez asomó su mirada, fija, intensa, de desafío, dirigida a él, y desapareció tapada por los cuerpos alegres de los bailarines. Él aún todo erizado, el estómago crispado, dio la vuelta. Mirándolo, y pasando la lengua por el papel del cigarrillo, Louzao".
Pocas novelas me han dejado tan deshecho como "Land Rover (1991)" de Suso de Toro, tercer libro del autor nacido en Santiago de Compostela y primera novela suya traducida al castellano, pues es sabido que Suso de Toro es galleguista hasta la médula y militante de su lengua, y siempre ha entendido ésta como parte fundamental de su identidad. De Toro entiende y codifica el mundo en gallego, luego también escribe en la misma forma. El hecho de mantenerse fiel a su cultura junto con un compromiso político que nunca se esforzó en ocultar implicó, durante mucho tiempo, pagar el precio de tener muy poca proyección en el mercado literario español.
Todas estas problemáticas están presentes en su obra, y "Land Rover" constituye un buen ejemplo de ello, una novela con alta carga dramática que, sin dejar de lado el aspecto social, político e histórico, apela a nuestras heridas más íntimas y personales. En ella hallamos un trauma familiar transgeneracional, así como un ejercicio de memoria histórica y una reivindicación de la identidad gallega a través de la oralidad en los diálogos y el costumbrismo. Lo personal y lo social se abrazan dolorosamente en sus páginas.
La novela se desarrolla a lo largo de una noche, después de que dos hermanos hayan "arreglado las partijas" derivadas de la herencia de la madre recién fallecida. Gumersindo y Abelardo conversan mientras van de bar en bar y, a medida que el alcohol hace sus estragos, salen a flote el dolor y el rencor que persiste entre ellos, fruto de una historia familiar de secretos barridos debajo de la alfombra, de maltrato y precariedad.
La figura aterradora de la madre sobrevuela la novela, una mujer de la que se dice que era medio bruja. Por ella es que Abelardo, pese a ser el hermano que más éxito material ha tenido y cuyo matrimonio se mantiene estable, no deja de ser un hombre sumamente infeliz y lleno de inseguridades. ¿Qué ocurre cuando quién más nos tiene que querer en el mundo nos hace daño y nos desprecia? Abelardo es una persona rota por la falta de amor y el maltrato que ha recibido desde pequeño, mientras que Sindo claramente ha sido el favorito de la progenitora. Sin embargo Sindo también está muy lejos de considerarse un hombre feliz: sólo encuentra empleos precarios, está inmerso en dinámicas profundamente dañinas para todo su entorno y debe mucho dinero a alguna gente.
Conoceremos más acerca del aspecto familiar a través del recurso del flashback que el autor emplea de forma precisa y periódica, llevándonos a momentos muy específicos del pasado. Suso de Toro así interrumpe la línea argumental principal en diferentes momentos para llevarnos al pasado y reconstruir una historia familiar marcada por un crimen durante el franquismo. Sabremos entonces que Sindo y Gumersindo son hijos de diferentes padres pertenecientes a bandos políticos opuestos, uno de los cuales resultó muerto a manos del otro. En la tercera última parte de la novela, las mujeres de ambos hermanos se reúnen y tratan de esclarecer qué ocurrió en aquella familia, como ofreciendo al lector alguien en quien sentirse reflejado.
"Land Rover" es una novela descarnada e incómoda porque se atreve a escarbar en el pasado hasta dar con la raíz de las carencias y el dolor de hoy. Sin embargo, esto mismo la convierte también en una novela radical y valiente. Frente al olvido como estrategia de supervivencia, Suso de Toro nos muestra que para avanzar hacia alguna parte es necesario saber de dónde se viene.

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