Volver a casa (Chris Offutt, 2025)

Título: Volver a casa.

Título original: Second Hand.

Año de publicación: 2025.

Editorial: Sajalín editores.

Traducción: Javier Lucini.


"Sally vivía sola con su abuelo, un hombre por lo general reservado y callado como una tumba en lo relativo a las cuestiones corporales. Cuando ella tuvo su primera regla en quinto de primaria, se escondió en el cuarto de baño del colegio hasta que la profesora la llevó a casa. La mujer habló en privado con el abuelo, cuya única reacción fue un enrojecimiento progresivo, que fue aumentando sin remitir hasta el punto de que la profesora llegó a preguntarse cómo era posible que la piel humana pudiera generar un tono carmesí tan pronunciado. A lo mejor el anciano tenía un pequeño shawnee metido dentro. Rechazó su asistencia de una forma que la profesora supo reconocer al momento: el orgullo con que la gente del campo solía ocultar el pavor".


Tras una larga y fructífera incursión en el terreno de la novela, Chris Offutt vuelve al formato cuento con "Volver a casa". En este compendio de once relatos cortos que nos ha traído septiembre, el autor de Lexington vuelve a hacer gala de su gran talento para narrar historias breves. 

Siempre resulta grato leer a Offutt, quien parece tomarse muy en serio aquel principio que rezaba que un autor debe escribir sobre lo que sabe. Todas sus historias transcurren en su Kentucky natal, y ese territorio junto a la particular idiosincrasia de la gente que en él vive constituye la base para su literatura. No entenderíamos a Offutt sin Kentucky, de la misma forma en la que no reconoceríamos su narración sin las montañas, los árboles y los pájaros que articulan y acompañan sus tramas.

Los personajes de Offutt suelen chocar con el rígido código de los cerros, unas leyes no escritas que rigen la conducta de los habitantes de las zonas rurales de Kentucky. En muchas ocasiones, estos desean escapar de ellas y no obedecerlas, pero la mirada de los otros importa mucho en lugares tan pequeños, en los que todos se conocen. El miedo a ser tachado como alguien indecente, o cobarde, les empuja entonces a llevar a cabo acciones contra su voluntad. Sin embargo, estas situaciones angustiosas parecen contrastar con la belleza de la tierra en la que se desarrollan, y con la ternura que parece subsistir en algunos vínculos. Otra cuestión transversal en la obra de Offutt es el sentimiento de desarraigo. Esa sensación de no poder volver a integrarse en la tierra natal, pero tampoco ser capaz de pertenecer a ningún otro lugar, es una constante en sus libros. Seguramente esto se deba a que el propio autor convive con ello.

En "Volver a casa" nos sentimos cerca de los personajes sin la necesidad de haber pisado nunca Kentucky, y esto es debido a que Offutt se sirve de su terreno específico para plantear dilemas o reflexiones mucho más globales. En "De segunda mando" una mujer llamada Laura experimenta por primera vez el amor maternal hacia la hija de su novio; en "Johnny Bill" una pareja con la mamá embarazada se debate entre abortar o no en el caso de que el feto presente alguna malformación; en "Porche trasero" una mujer mayor regresa a su primer hogar; en "El molino de viento" un chico llamado Vernon deja su comunidad y se desplaza a Rocksalt, donde se matricula en la universidad con la única finalidad de encontrar pareja. En estos cuentos cabe todo, de la tristeza nostálgica al humor, del drama familiar a la narración erótica más ardiente.

Muchos de estos once relatos están protagonizados por parejas en situación de crisis, relaciones que terminan o personas que, por torpeza o decisión propia, se encuentran solas. Una temática que, sumada al estilo minimalista y conciso de la prosa de Offutt, puede hacer pensar en el gran Raymond Carver (huelga decir que los personajes de Offutt son mucho más rudos y malhablados). Leyéndolos, uno tiene la sensación de asomarse por una ventana y ver pasar a alguien por la calle. No sabemos cuál es su destino, tan sólo somos testigos de una parte breve y significativa de su trayecto, así que le saludamos y le deseamos suerte mientras pasa de largo.

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