Los cuchillos largos (Irvine Welsh, 2025)

Título: Los cuchillos largos.

Título original: The long knives.

Año de publicación: 2025.

Editorial: Anagrama.

Traducción: Francisco González, Arturo Peral y Laura Salas.


"...Ray Lennox se abre paso a través de la oscura e inhóspita ciudad. Trata de imaginar cómo sería vivir en otro lugar. Lleva Edimburgo en la sangre, pero es como un padre frío y ausente que en realidad nunca lo ha querido. No se desvive por él. Supone que todas las ciudades deben ser un poco así. Pero Edimburgo parece más bien el irritable borracho navideño que, tristemente acodado en la barra, pregona su amor por unos hijos a los que nunca ve. El bocazas que se mete dos gramos en el baño mientras presume de unos maravillosos planes de futuro que, por supuesto, darán paso al autodesprecio bajo la inmisericorde luz del día. Quizá la ciudad lo esté despojando de todo lo bueno que hay en él. Comiéndoselo vivo por dentro, dejando solo esa cáscara vacía..."

El pasado junio se estrenaba en salas la última de Danny Boyle, "28 years later (2025)" y nosotros acudimos al cine sabiendo a lo que íbamos. Se trataba, cómo no, de una película de infectados sangrienta y explícita hasta decir basta, intencionadamente imperfecta, a ratos angustiante y a ratos hilarante. Portadora de ese sentido del humor macabro y absurdo tan británico, en virtud del cual uno se sorprende a sí mismo tratando de reprimir la risa en situaciones con fuerte carga dramática. Al experimentar esa sensación, por automatismo, pensé en esa película monumental que fue "Trainspotting (1996)", y en cómo le valió la fama internacional al director inglés. La película nació de la novela homónima de Irvine Welsh, escrita en 1993, y el propio autor hizo una breve aparición en el film. Encontré "The long knives" en mi librería de cabecera a los pocos días. Todo parecía invitar a la lectura del último libro del escritor escocés traducida al castellano.

Welsh es conocido por libros como "Trainspotting (1993)", "Acid House (1994)" o "Porno (2002)". Sus historias están protagonizadas por personas que repiten patrones autodestructivos, individuos con severas adicciones que hacen daño a quienes tienen cerca porque en algún momento de su vida ellos mismos fueron dañados. Libro tras libro, Welsh crea un mundo propio lleno de crudeza y desencanto con destellos de humor sorpresivo e incómodo, y en ese crudo universo hay personajes que entran y salen de sus novelas, como quien pasa por una habitación. Su obra entera, en conjunto, nos habla de una sociedad escocesa en decadencia. Sus libros relatan el proceso por el cual un determinado sector social se aísla y acude a las drogas o al alcohol para escapar de una realidad cada vez más deprimente y hostil. Para Welsh, el problema no radica en las drogas en sí mismas sino en el uso que se hace de ellas bajo el neoliberalismo, y es que en un contexto de precarización creciente en el que el acceso a bienes y servicios esenciales es cada vez más difícil y las relaciones se mercantilizan, la función que a éstas se les asigna es la de mitigar el dolor y la angustia.

En "The long knives" nos reencontramos con Ray Lennox, quien ya hizo su aparición como personaje secundario en "Filth (1998)" y protagonizó "Crimen (2008)". Lennox es policía y pertenece a la unidad de delitos graves de Edimburgo. Viene de una larga historia de alcoholismo y adicción a la cocaína de la que trata de desembarazarse y está profundamente traumatizado por un suceso horrible que vivió en su infancia. Intenta hacer lo que él considera correcto, pero vive atormentado por sus fantasmas.

La trama inicia cuando la unidad de Lennox localiza el cuerpo sin vida de un político ultraconservador en los muelles de Leith, en la ciudad de Edimburgo. El muerto ha sido brutalmente castrado (Welsh no se corta con las descripciones gore) y sus genitales aparecen al cabo de unas horas colgando del monumento al legendario escritor escocés Sir Walter Scott. Aparecerán más cadáveres, y Lennox tratará de hallar a los asesinos pese a que los muertos no le merecían ninguna simpatía en vida. A su vez, trata torpemente de mantener a flote su relación con Trudi. La trama, dinámica y ágil como el thriller canónico, no deja de abordar reflexiones sobre la deuda histórica del colonialismo, la vida de las personas trans o la violencia sexual contra menores. 

"Hollis está delirando cuando lo suben en la camilla y se lo llevan. La sangre roja mancha los asientos y el suelo de madera. La cosa tiene mala pinta. Lennox y los hermanos Hollis siguen a los paramédicos, que sacan a Mark de la sala desfallecido. Ayudan a subirlo a la ambulancia en la parte trasera del aparcamiento; luego, los hermanos salen rápidamente del vehículo y dejan que Lennox acompañe a Hollis al hospital. "Escocés, no te importa, ¿verdad, amigo? Es que la pelea que viene ahora promete", y cierran las puertas, con Lennox y su hermano mayor, seminconsciente, dentro de la ambulancia.
...
"¿Qué ha pasado? ¿Qué es lo que tienes Mark?"
Hollis aparta los ojos de Lennox y mira al techo del vehículo. Está sudando a chorros: "Almorranas, colega. Tenía cita la semana que viene para operármelas con anestesia general. Estaba muerto de miedo...Espero que ahora adelanten la operación...y me las quiten ya".
Lennox no da crédito a lo que está oyendo. Mira hacia la parte delantera del vehículo, donde están los paramédicos, uno va tenso al volante, el otro imita su nerviosismo. "Nunca había visto unas hemorroides así. Joder, y mira que yo también tengo".
"No, colega, mis almorranas juegan en otra liga"  Hollis jadea con los ojos desorbitados".

El sentido del humor de Welsh merece una mención especial. Aparece donde menos se le espera, en situaciones gravísimas, y de alguna manera hacen que el drama sea más digerible. Parece que Welsh haga uso del humor como una forma de dar un respiro al lector. En la anterior escena la situación es terrorífica, pues pone de manifiesto una dinámica familiar disfuncional (los hermanos de Hollis prefieren seguir viendo el combate de boxeo a acompañar a su hermano al hospital) y un sistema sanitario que descuida a sus ciudadanos (Hollis llevaba mucho tiempo esperando una operación). Pero lo bizarro y surrealista del suceso genera una sensación de irrealidad que sólo se resuelve mediante un humor incómodo.

Resumiendo, "The long knives" es un thriller trepidante y a la vez anclado en la realidad social contemporánea. Un libro explícito en cuanto a palabras malsonantes, sexo y consumo de drogas, escrito con el estilo punk e irreverente que caracteriza la forma de narrar de Welsh, quien puede hacer que la vuelta de las vacaciones se haga mucho más amena.

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