Leones en invierno (Carlos Augusto Casas, 2024)

Título: Leones en invierno.

Autor: Carlos Augusto Casas.

Año de publicación: 2024.

Editorial: Cuadernos del Laberinto.


"Los cazadores de cabezas. Así se hacían llamar los hooligans del Chelsea. Más de mil se habían concentrado en la Plaza Mayor con sus bufandas azules y sus escudos de león rampante. Tropas ficticias en batallas privadas. Faltaban tres horas para que se jugase el partido cuando unos quinientos ultrassur cargaron contra ellos. Era 1989. El Largo tenía deciocho años.


El atropello de Sara por un Lamborghini dorado será el trágico suceso que una los destinos de Bacoy e Hidalgo, de apodo "El Largo". Ambos personajes están familiarizados con la violencia desde diferentes lugares. Bacoy es un policía infiltrado en una organización de narcotráfico. El Largo fue miembro de Ultras Sur antes de convertirse en contable y en un padre de familia al uso. El entierro de Sara, su hija, lo reunirá con sus antiguos colegas ultras, y ese reencuentro junto con sus deseos de venganza serán el combustible para que la violencia vuelva a prender en él. Emprenderá un camino de autodestrucción hasta localizar al culpable de la muerte de su hija para darle muerte.

El libro abre con una cita de Charles Bukowski, exponente del realismo sucio, y otra extraída de la película "Grupo Salvaje (1969)" de Sam Peckinpah. La influencia del cineasta californiano sobre Augusto Casas es notoria y se hace especialmente visible en la última parte de la novela. Ambos comparten una visión cruel y salvaje del mundo así como una forma similar de abordar la violencia. Ésta es vista como un impulso inherente a sus personajes, en su mayoría hombres que rebosan una masculinidad pendenciera, alcohólica y autodestructiva. Es la ley de la selva, donde el más fuerte devora al débil, sólo que esto ocurre en una selva de asfalto llamada Madrid. La cuadrilla del Largo retrotrae a la banda de forajidos liderada por Pike y Dutch, interpretados respectivamente por William Holden y Ernest Borgnine.


Ben Johnson, Warren Oates, William Holden y Ernest Borgnine en "Grupo Salvaje (1969)"

Con un guion coescrito con Walon Green, "Grupo Salvaje" fue una película controvertida en su momento, tanto por mostrar la violencia de forma explícita y cruda (no por nada a Sam Peckinpah le apodaban "Bloody Sam") como por presentarnos a unos personajes moralmente muy ambiguos, con un extraño código de honor que les lleva a ser leales hasta la muerte, pero capaces de cometer verdaderas barbaridades sin pestañear. Esto se condensa en la frase "If they move, kill 'em!". La escena final de la película, conocida por su gran recuento de muertos en el que se incluyen mujeres y niños, es representativa en ese sentido y encuentra ecos en "Leones en invierno". Los forajidos, envejecidos y alcoholizados, se inmolan junto con el mito del Oeste en decadencia que encarnan.

Johnson y Oates en el tiroteo final de "Grupo Salvaje (1969)"

Esta y otras películas como "Pequeño gran hombre (1970)" de Arthur Penn o "Hasta que llegó su hora (1968)"  de Sergio Leone supusieron una ruptura con la tradición anterior del western, que tenía tendencia a idealizar la conquista del oeste y presentarnos a sus personajes como ejemplos de coherencia e integridad moral, construyendo una suerte de mitología fundacional estadounidense. Un ejemplo de ello es "Pasión de los fuertes (1946)" de John Ford, con Henry Fonda interpretando a un Wyatt Earp de conducta intachable, honesto y con principios sólidos, un hombre que no mata a menos que no tenga más remedio. Ante esto, Peckinpah parece darle una bofetada al espectador y gritarle "¡Ésta es la verdadera historia de la conquista del Oeste, una historia de violencia!". Y es que no existen personajes así en "Grupo Salvaje" ni en la novela de Carlos Augusto Casas. Se trata más bien de personajes masculinos inadaptados, que viven fuera de su tiempo; con muchos más defectos que virtudes, y dispuestos a llegar demasiado lejos para cumplir sus objetivos o llevar a cabo su venganza. No olvidemos las altas tasas de alcoholismo del wild bunch, que El Largo, Goteras y Salva igualarían sin mucha dificultad.

Otra referencia en la obra de Augusto Casas es el autor George V. Higgins. El escritor de Massachusetts era abogado y se valió de sus conocimientos sobre el oficio para escribir. Siguiendo el ejemplo de Higgins, Augusto Casas se vale del diálogo como herramienta fundamental para construir sus personajes y su percepción del mundo. Casas hace uso de este recurso, por lo que el/la lector/a observará que sus personajes no son precisamente callados. Higgins tambien influenció a cineastas como Quentin Tarantino. No sorprende que en un fragmento de la novela se haga una referencia sutil a Pulp Fiction y la escena en que Samuel L.Jackson recita largos pasajes de la biblia antes de descargar su furia (y su cargador).

Carlos Augusto Casas debutó en 2017 con su primera novela "Ya no quedan junglas adonde regresar", una historia de venganza y una reflexión sobre el paso del tiempo que sienta las bases para esta última novela. El libro fue un éxito rotundo y recientemente ha terminado el rodaje de su versión cinematográfica, con Luis Gabriel Beristáin debutando en la dirección. En el reparto encontramos nombres como Ron Perlman, Megan Montaner o Hovik Keuchkerian. Con motivo del próximo estreno de la película, Ediciones B ha reeditado la novela.




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