Título: Glanbeigh.
Glanbeigh es un pueblo ficticio ubicado en algún punto de Irlanda. No se engañen, si esperaban leer sobre la apacible vida en los verdes prados irlandeses éste no es su libro.
En Glanbeigh habitan multitud de personajes con todo tipo de empleos precarios y futuros inciertos: porteros de discoteca, camareras, matones, empleados de gasolineras, jugadores de billar. Como comprobaréis al leer el libro, ninguno de ellos es feliz. Todos ahogan sus penas en alcohol y en maría e intentan divertirse todo lo que pueden mientras esperan a que algo o alguien los saque de su acotada y claustrofóbica realidad. Un profundo sentimiento de soledad se desprende de las páginas de estos relatos y es que este libro no trata de Irlanda. Glanbeigh nos habla de amores no correspondidos, de sentirse perdida/o. Nos habla de violencia, desde el punto de vista quienes la ejercen y desde el trauma que aflora en aquellos que la sufren. Todos hemos estado alguna vez en Glanbeigh.
No es casualidad que, en su lengua original, Colin Barrett titulara a este libro Young Skins. Sus protagonistas son en su mayor parte jóvenes viviendo en un pueblo pequeño (tan pequeño que a lo largo de sus relatos se repetirán algunos personajes) rodeados de gente que conocen de toda la vida con todo lo bueno y lo malo que ello implica. El autor se esfuerza en que ninguno de ellos sea especialmente atractivo al lector. Algunos de ellos nos parecerán incluso desagradables y repulsivos, otros odiosamente pendencieros y arrogantes pese a su vulgaridad y sus pocas luces. Sin embargo, Barrett consigue retratárnoslos con tal humanidad que no podemos evitar desearles un futuro mejor a todos ellos y sentir lo que ellos sienten, lamentar aquellos acontecimientos que les hirieron o compartir sus lejanos anhelos. Personalmente me sorprende la capacidad narrativa del autor de elevarse desde lo más vulgar que se pueda decir a volar en unos pasajes realmente bellos y poéticos dentro de la sordidez del conjunto. Una vez más hay que agradecer a Sajalín la edición y a Celia Filipetto la traducción de otro ejemplar de buena literatura criminal.
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"Calm with horses" de Nick Rowland, 2019. |
Me gustaría destacar el relato más largo del libro, Tranquilo entre caballos, que prácticamente se podría considerar una novela corta. Una crook story dura y dramática en la que el matón a sueldo de una familia que controla el tráfico local de marihuana intenta hacerse cargo de su hijo con autismo a la vez que su lealtad a los Devers lo llevará a cometer un crimen que le pasará factura.
La violencia intrafamiliar se lleva al extremo en esta historia donde un tío dispara una escopeta contra su propio sobrino por no haber defendido su familia. Algo retorcido y difícil de entender a lo que ni el protagonista llega a encontrarle lógica: "Putos paranoicos. Estaba cantado que la cosa iba a terminar así".
En 2019, Nick Rowland se inspiró en esta historia para hacer su película "Mantén la calma", con la que debutó en el Toronto International Film Festival. En ella aparecen Barry Keoghan y Cosmo Jarvis.
Glanbeigh fue un libro multipremiado en su momento. Ganó el premio internacional a mejor historia corta Frank O'Connor y el premio Rooney de literatura irlandesa en 2014. Algunos de sus relatos fueron llevados al teatro en Dublín
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